19 abril, 2011

I. Subo al autobús. Me fastidian las personas que van con la parsimonia de los que se creen solos en el mundo. Y no es que pueda tolerar a la vieja de enfrente, que con voz de víctima dice "los años ya me pesan"; es que diciéndole ¿Le ayudo? quizá pueda hacer más rápido el trayecto hacia el lugar 22. Ella me dice que soy una niña muy linda, y me da bendiciones. Yo sonrío y pienso en mi abuela, y en que esa señora no sabe nada.

II. Pienso en que las personas te rechazan o te aceptan regularmente con lo primero que ven. Si eres amable y tienes una sonrisa de boca en boca, las personas se quedarán con esa idea y no averiguarán más. Entonces te aceptan... o no. Entonces, pensándolo bien, si te rechazan ese acto es indolente: rechazan algo que no han visto, que no saben qué es. Pero qué pasa cuando una persona se da el tiempo del mundo para conocerte. Si te ve en las mañanas tibias al despertar, tus rizos despeinados, tus heridas irreconciliables en el cuerpo. Qué pasa si esa persona te ve toser, vomitar, soltar cabello por toda la habitación. Si te ve trabajar en un estudio con una lámpara prendida. O sacudir las sábanas con obsesión después de la siesta. Qué pasa si un día abrocha el botón de tu chamarra porque no hay armonía con los demás botones abrochados. Qué pasa cuando te ha conocido con tus arranques de pasión oyendo un nocturno, o leyéndote poesía bajo las sábanas, o acariciándote el rostro como si sus manos fueran un estudio de Rodin.

¿Qué pasa cuando tienes todo eso y la persona sí, te rechaza?

Entonces, dependiendo que tanto hayas construido con el otro, se te cierra un mundo. A veces, El mundo. Y terminas por aceptar, después de un tiempo, que no eres tan importante como para permanecer en la memoria de los otros para siempre, con los mismos significados. Para ti, que construiste tu vida en el discurso romántico de los absolutos, esa es una tragedia pues entonces nada es tan intenso como para durar para siempre, nada es verdaderamente trascendente como para vivir para siempre, y entonces, bajo esa perspectiva, nada es suficientemente importante como para ser vivido.

Piensas que en tus clases sobre budismo no has aprendido nada. El sufrimiento viene cuando nos apegamos a las cosas. Pero tu no has aprendido a ser desapegada, y no puedes, como ya lo has notado, dejar que la vida pase sin que te pase a ti y sin que la signifiques. Con todas las fuerzas que te da la razón quisieras ser más relajada, "llevártela leve" y empiezas a pensar que tratar de explicártelo todo no llevará verdaderamente a ningún sitio. Ni si quiera sabes si te dará paz.

A veces quisieras dejar de contenerte. Dejar que la vida pase y sólo describirla, sin pensarla demasiado. Sin razonar el movimiento que da el peón o el rey.


III.Subo a mi asiento y pienso si de verdad actos como estos me hacen ser buena con el mundo. Si al final del día tengo que pasar lista con mi karma. En realidad pensé, mirando tras la gran ventana del asiento 22, el mundo sería más soportable si hiciéramos cosas mínimas para ayudar a los otros...

Omito decir que soy bipolar, eso ya es un cliché 2.0.

3 andantes dijeron:

jonás dijo...

¿Borraste una entrada o fui yo imaginando que le dabas vida a la voz de la virgen maría en una procesión?

Débora Hadaza dijo...

Varias cosas:

es cierto la gente que recibe algo de nosotros no sabe cómo somos, no nos conoce. Pero vio algo de nosotros que le hizo un poco de bien, y responde a ese poco estímulo.

Yo no podría ser budista, de hecho si no tuviera las experiencias religiosas que tengo, y que han marcado mi vida, no podría ser nada. Pero dejar que la vida viva sin mí me parece totalmente terrible, si yo no vivo la vida, y me azoto con ella, para que quiero estar viva?

Cuando la gente te rechaza porque te conoce a pesar de todo lo tú que has sido, a veces es porque se espanta de lo que ha descubierto, otras porque no puede vivir con todo eso, porque no basta conocer para amar, porque amar y conocer no están en el mismo plano aunque se complementan...

puedes borrar el comentario si quieres, no ando muy cuerda hoy, abrazo.

Sybila dijo...

J: lo imaginó.

Deb: Je, no voy a borrar el coment, tiene una lucidez que me entusiasma =)
Y sí, concuerdo: no basta con conocer para amar... lo que tampoco significa que puedas amar sin conocer...

También, pienso, hay personas con quienes no intimas, así que, en ese sentido, no necesitan ni necesitan conocerte. Lo que no significa tampoco que debes abstenerte de ser generoso...

(como verás, yo tampoco ando muy bien hoy)


¡Besos Deb!

De la tierra que vuelve

De la tierra que vuelve
Cedros de Líbano
 

Copyright 2010 Música de las esferas.

Blog templates Theme by WordpressCenter.com.
Blogger Template by Beta Templates.