12 marzo, 2011



La vida es una suma mermada por infinitas restas, escribió él, hace muchos años. Y yo no supe bien a bien a lo que se refería. Después, cuando empecé a tener mis verdaderas restas, cuando le fui quitando momentos a las personas importantes, cuando se fueron poco a poco aquellas valiosísimas en mi vida...


Es una suma. Le dije a Mónica en alguna comida de viernes. También sumamos la belleza y esa belleza está en el arte y en los pequeños destellos de las relaciones humanas. Y así es. El hacer las cosas más grandes le quita riqueza a las experiencias que vivimos, pero "al empequeñecer las cosas también perdemos" le dije en una llamada a Abril.


Pienso en la lucidez de la mente. También pienso en el cuerpo humano, en cómo la consciencia está supeditada a un cierto tiempo: duraremos lo que el cuerpo decida aguantar, para algunos será menos de setenta años.

En ese lapso hay muchas oportunidades para cometer errores. También para resarcir. Pero no para vivir lo que no pudimos con otros...



Justificar a ambos lados

2 andantes dijeron:

LauR.A dijo...

Una verdad lamentable la de tu última frase.
Abrazos!!

Débora Hadaza dijo...

lo no vivído no tiene remedio :-S

De la tierra que vuelve

De la tierra que vuelve
Cedros de Líbano
 

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