I
Durante mucho tiempo he creído -y defendido- la fantasía. Defendí hasta el cansancio la sensación de bajar las escaleras de la casa de la abuela para ver el árbol de navidad lleno de los juguetes que te traían los reyes magos. Y alcé la voz para manifestar que era verdad, que después de un tiempo vendría el desencanto y en algunos el llanto por sentirse engañados, timados porque aquellos seres no existieron nunca. Pero que, a pesar de todo, la sensación -y recordar esa sensación- valía todos los reclamos que vendrían después*.
Mucho tiempo me maravilló el azar ¿Cómo podías conocer personas tan maravillosas cuando la lógica hubiera hecho que tardaras años, o que, tal vez, jamás lo hicieras? y yo intuía que había algo como hilos que movían las circunstancias pero también que era un azar. Como la vida, como el cuento de la vida que una vez me contó la amiga de una prima que estudiaba biología: "y entonces, de una mutación, vino esta rama que dio origen a los insectos, y luego de miles de años, otra mutación que dio origen a los reptiles, y luego otra mutación, y luego otra mutación y llegamos a los seres humanos" cuando me contaba a grandes rasgos la "historia de la vida" yo no podía más que pensar en que me estaba contando un cuento. Qué maravilloso azar, pensaba. El que estemos aquí y el que haya un universo. Y todo por azar, una orquesta llena de movimientos azarosos.
No es raro que la gente que me conoce diga frases como estas: "contigo se rompen las leyes de la entropía" "Tú ángel de la guarda está bien mamado por andarte cuidando siempre" "Tienes un montón de suerte"
Y entonces yo me seguía maravillando por las cosas que vivía y a las que no le daba mayor explicación que eso: la maravilla cotidiana, o, más bien, aquella fantasía como esa de Cortázar, donde la realidad se vuelve hiperbólica y nace lo fantástico en las cosas ordinarias. Y era feliz. O me lo parecía.
II
A veces pienso que la mayoría de las cosas que escribo son mera especulación. Que siempre estoy maquilando cosas en mi cabeza. Qué poco a poco voy formando nuevas obsesiones -o descubro "nuevas" que ya "tenía"- y pienso en alternativas para subsanarlas. Pero ¿que hay de la narración? porque no puedo hacer páginas y páginas no de ideas rumiantes sino de verbo verbo+verbo = acción... ¿Es que acaso no queda nada por contar? ¿Que el narrador está ya tan jodido que no puede ver la agilidad o la frescura de lo que le pasa a un persona de 25 años?
Hace un par de semanas me encontré con este post que adivinen que, me dejó pensando. El autor empieza con una línea llegadora, de esas que recuerdan a Cioran: "“¿Por qué nos ha equipado la evolución con algo llamado “sufrimiento”?”, preguntaba Citoyen en este post. Además, escribe sobre el porqué de la necesidad de la coherencia y del dolor."
En el post, Raúl S. Manifiesta que, cuando ves a una persona deprimida, lo primero que piensas es que dicha persona ve la realidad de manera distorsionada, es decir, "peor de lo que es", pero, prosigue, estudios sobre la memoria concuerdan con que, con el paso de los años, uno va seleccionando sus recuerdos, o los va modificando, para quedarse con "lo mejor" de ellos...
Y, ¿entonces? pues que se encontró algo llamado "Realismo depresivo" que, a grandes rasgos, lo que dice es que no es el deprimido quien distorsiona la realidad para verla más patética de lo que realmente es...más bien: "El sujeto normal se cree mejor de lo que luego puede demostrar que es. El sujeto normal se cree que sus amigos, familiares y conocidos le aprecian más de lo que realmente hacen. El sujeto normal cree que tiene más poder para modificar su vida del que realmente tiene."
IIIDurante mucho tiempo he creído -y defendido- la fantasía. Defendí hasta el cansancio la sensación de bajar las escaleras de la casa de la abuela para ver el árbol de navidad lleno de los juguetes que te traían los reyes magos. Y alcé la voz para manifestar que era verdad, que después de un tiempo vendría el desencanto y en algunos el llanto por sentirse engañados, timados porque aquellos seres no existieron nunca. Pero que, a pesar de todo, la sensación -y recordar esa sensación- valía todos los reclamos que vendrían después*.
Mucho tiempo me maravilló el azar ¿Cómo podías conocer personas tan maravillosas cuando la lógica hubiera hecho que tardaras años, o que, tal vez, jamás lo hicieras? y yo intuía que había algo como hilos que movían las circunstancias pero también que era un azar. Como la vida, como el cuento de la vida que una vez me contó la amiga de una prima que estudiaba biología: "y entonces, de una mutación, vino esta rama que dio origen a los insectos, y luego de miles de años, otra mutación que dio origen a los reptiles, y luego otra mutación, y luego otra mutación y llegamos a los seres humanos" cuando me contaba a grandes rasgos la "historia de la vida" yo no podía más que pensar en que me estaba contando un cuento. Qué maravilloso azar, pensaba. El que estemos aquí y el que haya un universo. Y todo por azar, una orquesta llena de movimientos azarosos.
No es raro que la gente que me conoce diga frases como estas: "contigo se rompen las leyes de la entropía" "Tú ángel de la guarda está bien mamado por andarte cuidando siempre" "Tienes un montón de suerte"
Y entonces yo me seguía maravillando por las cosas que vivía y a las que no le daba mayor explicación que eso: la maravilla cotidiana, o, más bien, aquella fantasía como esa de Cortázar, donde la realidad se vuelve hiperbólica y nace lo fantástico en las cosas ordinarias. Y era feliz. O me lo parecía.
II
A veces pienso que la mayoría de las cosas que escribo son mera especulación. Que siempre estoy maquilando cosas en mi cabeza. Qué poco a poco voy formando nuevas obsesiones -o descubro "nuevas" que ya "tenía"- y pienso en alternativas para subsanarlas. Pero ¿que hay de la narración? porque no puedo hacer páginas y páginas no de ideas rumiantes sino de verbo verbo+verbo = acción... ¿Es que acaso no queda nada por contar? ¿Que el narrador está ya tan jodido que no puede ver la agilidad o la frescura de lo que le pasa a un persona de 25 años?
Hace un par de semanas me encontré con este post que adivinen que, me dejó pensando. El autor empieza con una línea llegadora, de esas que recuerdan a Cioran: "“¿Por qué nos ha equipado la evolución con algo llamado “sufrimiento”?”, preguntaba Citoyen en este post. Además, escribe sobre el porqué de la necesidad de la coherencia y del dolor."
En el post, Raúl S. Manifiesta que, cuando ves a una persona deprimida, lo primero que piensas es que dicha persona ve la realidad de manera distorsionada, es decir, "peor de lo que es", pero, prosigue, estudios sobre la memoria concuerdan con que, con el paso de los años, uno va seleccionando sus recuerdos, o los va modificando, para quedarse con "lo mejor" de ellos...
Y, ¿entonces? pues que se encontró algo llamado "Realismo depresivo" que, a grandes rasgos, lo que dice es que no es el deprimido quien distorsiona la realidad para verla más patética de lo que realmente es...más bien: "El sujeto normal se cree mejor de lo que luego puede demostrar que es. El sujeto normal se cree que sus amigos, familiares y conocidos le aprecian más de lo que realmente hacen. El sujeto normal cree que tiene más poder para modificar su vida del que realmente tiene."
Hace unos días asistí a un "entrenamiento de vida". No ahondaré mucho al respecto - escribí un post sobre esto que publicaré cuando llegue el momento- El punto crucial en esta historia es que me pareció que todos salíamos -he de confesar que, durante algunas horas, sentí que era la reina del universo y que el poder sí estaba en nosotros y cosas así- con una idea positiva, con convicción y ganas de "cambiar" y de comprometerse.
Pero eso es un engaño. No somos "esos" siempre. Tampoco somos los "depresivos siempre". La cuestión es encontrar la justa dimensión. Y no es cierto tampoco, ¿cómo chingados se hace para encontrar ese mágico equilibrio? de verdad, lo pregunto. ¿No será acaso que la mayoría de nosotros somos tan patéticos que tenemos que andar inventándonos por ahí personajes para asirnos de algo y poder construir rasgos de personalidad anclados también-y aunque sea- en una fantasía? No sé. No es una pregunta retórica -aunque lo parece- no lo sé.
Lo único que sé es que hay que ser autocrítico. Dosis de adrenalina a veces nos harán volar y tocar las nubes, dosis de otras sustancias químicas nos harán sentirnos tristes y pensar que la vida no tiene sentido y que es una mierda.
¿Cómo se es realista?
¿Cómo se ve la realidad? sin tirarse un balazo y sin creerse un "Winner"
O, ¿De verdad es necesario el autoengaño?
IV
No sé si estoy pasando por una etapa muy pesimista de mi vida. Mi acontecer diario no es estar con la cara triste, al contrario, creo que si algo disfruto mucho de la vida es reírme, y reírme bien y sin restricciones. Pero ahora "salgo de mi zona de confort" y veo las críticas y digo claro, no se trata de ganar siempre. Ahora también trato de ser más organizada con los gastos porque no será como hace algunos años donde "mágicamente" me caía dinero por un golpe de "suerte". Me veo -metafóricamente, porque nunca me ha funcionado eso de verme al espejo-, y pienso que igual y tengo talento para algo pero ¿eso qué? quienes acaban las cosas no son los genios que tienen talento, son los que deciden y quieren acabarlas.
V
Hoy fui a dar una clase a los alumnos de Janik. Hablé sobre el amor, o, más bien, sobre la idea del amor en occidente. Ya, pues, para niños de prepa. Tocamos el Banquete de Platón y el Arte de Amar de Ovidio y pasamos al Amor Cortés. Y yo minutos antes de que mi amiga pasara por mí moría de miedo. Y yo decía: Carajo, eres un ratón asustado. Siempre. Pero es lo mismo que digo constantemente: el esfuerzo que hace una persona claustrofóbica para subirse a un elevador no es el mismo que aquel que no tiene ningún miedo.
Y carajo, nos fue muy bien.
VI
Mi padre habló hace unas horas y le he dicho que mi mirada es pesimista. A lo mejor evadí tanto tiempo taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaantas cosas que ahora se están abriendo las puertas del inconciente (turi ruri turi ruri música de la dimensión desconocida) y ahora estoy toda jodida.
(Nota intrascendente: mi grabadora se dañó, no tengo Ipod y me da hueva ponerle a los canales de youtube...todo esto para decir que oigo el radio desde hace una semana y hay una estación donde pasan música de los ochenta y me siente medianamente contenta con eso). Pero #Esoque
VII
Al final he llorado tanto, una noche después de ver una película argentina, al final he querido quitarme esta voz trágica y melancólica, al final he hecho tantos apuntes de historias en mi cabeza y he evadido tanto trabajo pendiente...
Y el punto es que, llanamente, como si hubiera perdido un dios... no quisiera perder la magia.
Pero, tal vez ya sea un poco tarde.
*No se tome este argumento como justificación para la mentira premeditada y alevosa. Esa que se siga pudriendo en la garganta.
Lo único que sé es que hay que ser autocrítico. Dosis de adrenalina a veces nos harán volar y tocar las nubes, dosis de otras sustancias químicas nos harán sentirnos tristes y pensar que la vida no tiene sentido y que es una mierda.
¿Cómo se es realista?
¿Cómo se ve la realidad? sin tirarse un balazo y sin creerse un "Winner"
O, ¿De verdad es necesario el autoengaño?
IV
No sé si estoy pasando por una etapa muy pesimista de mi vida. Mi acontecer diario no es estar con la cara triste, al contrario, creo que si algo disfruto mucho de la vida es reírme, y reírme bien y sin restricciones. Pero ahora "salgo de mi zona de confort" y veo las críticas y digo claro, no se trata de ganar siempre. Ahora también trato de ser más organizada con los gastos porque no será como hace algunos años donde "mágicamente" me caía dinero por un golpe de "suerte". Me veo -metafóricamente, porque nunca me ha funcionado eso de verme al espejo-, y pienso que igual y tengo talento para algo pero ¿eso qué? quienes acaban las cosas no son los genios que tienen talento, son los que deciden y quieren acabarlas.
V
Hoy fui a dar una clase a los alumnos de Janik. Hablé sobre el amor, o, más bien, sobre la idea del amor en occidente. Ya, pues, para niños de prepa. Tocamos el Banquete de Platón y el Arte de Amar de Ovidio y pasamos al Amor Cortés. Y yo minutos antes de que mi amiga pasara por mí moría de miedo. Y yo decía: Carajo, eres un ratón asustado. Siempre. Pero es lo mismo que digo constantemente: el esfuerzo que hace una persona claustrofóbica para subirse a un elevador no es el mismo que aquel que no tiene ningún miedo.
Y carajo, nos fue muy bien.
VI
Mi padre habló hace unas horas y le he dicho que mi mirada es pesimista. A lo mejor evadí tanto tiempo taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaantas cosas que ahora se están abriendo las puertas del inconciente (turi ruri turi ruri música de la dimensión desconocida) y ahora estoy toda jodida.
(Nota intrascendente: mi grabadora se dañó, no tengo Ipod y me da hueva ponerle a los canales de youtube...todo esto para decir que oigo el radio desde hace una semana y hay una estación donde pasan música de los ochenta y me siente medianamente contenta con eso). Pero #Esoque
VII
Al final he llorado tanto, una noche después de ver una película argentina, al final he querido quitarme esta voz trágica y melancólica, al final he hecho tantos apuntes de historias en mi cabeza y he evadido tanto trabajo pendiente...
Y el punto es que, llanamente, como si hubiera perdido un dios... no quisiera perder la magia.
Pero, tal vez ya sea un poco tarde.
*No se tome este argumento como justificación para la mentira premeditada y alevosa. Esa que se siga pudriendo en la garganta.
5 andantes dijeron:
tengo que regresar después de procesar todo lo leído para dar un comentario coherente
Extrañaba tus letras amiga.Un abrazo y espero rollitos pronto.M1k3
Deb: esperamos tu regreso, pues. Besos.
Mike: y yo os extraño a usted, señor. Ando bien apurada, pero para verano, nos debemos una comida. Le late a usted?
Besos
Esa no se pierde nunca.
A veces se hace la desaparecida, porque a la magia, como a todas las hadas le gusta que hablen de ella, que la recuerden, que la invoquen.
La magia es una egocéntrica de lo peor, pero así la queremos.
Saludos
"La magia es una egocéntrica de lo peor, pero así la queremos"
Je, supongo que sí, otro yo de usted, así la queremos.
Abrazos varios!!!!
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