Hay una tristeza que no es "dramática". Que no tiene que ver con doblarse hasta los huesos, gritar como madrastra de novela rosa o con el último acto de una ópera de Puccini. Hay una tristeza que cae de repente como agua tibia. Que tiene que ver con tu propia obra que se traduce en datos irrecuperables en pantallas negras con códigos que no entiendes. Que tiene que ver con recuerdos, con trabajo y expresión. Pero sobre todo con proyectos: un álbum con hojas donde hay imágenes de la gente que amas. Tiene que ver con momentos que quieres fijar para siempre. En el fondo no entiendes, nunca has entendido porqué si ya tienes -tuviste- las cosas que necesitabas, que querías, porque tiene todo que seguir su curso. Porqué no recuerdas la vida como una serie de secuencias, con principio, desarrollo y fin. Porqué todo tiene que seguir de manera tan caótica. En el fondo estaban los deseos por regalar belleza y por la aceptación violenta de que a la única que le importa eso es a tí. Para los otros esa belleza quizá sea equiparable a un estractor de jugos. Y no es culpa de nadie.
Las cosas duran...duran a través de un tiempo que es el tiempo del mundo y por eso mismo acaban. Pero también permanecen en el propio tiempo, un tiempo que es consciencia o espíritu o conexiones neuronales, pero es otra cosa, otra cosa que no pueden ver los otros pero que estás deseosa de que vean. Y por eso escribes o tomas fotos. Y por eso no es tragedia que todo eso se haya perdido. Sólo es una pequeña tristeza. Una tristeza tibia que te cae a chorros. Porque no es una tragedia para nadie. Tampoco completamente para tí (a fin de cuentas te desahogarás, apagarás la compu, irás a casa, comprarás algo para cenar, dormirás y el día empezará otra vez mañana).
Corriste a llorar al baño y dijiste que tu no eres tan fuerte. Haz dicho eso muchas veces y lo cierto es que no has muerto de amor o de decepción o de envenenamiento por la reacción química de tus iracundas emociones. Lo cierto es que la vida te recuerda a diario que hay cosas hermosísimas y también a diario te recuerda la cara nefasta que lleva la moneda....y estiras, estiras siempre el sentido pero ya estás curtida para saber que tu misma te convences de las cosas y que la gran pregunta de fondo es si sirve convencerse de algo nuevo.
Piensas en la fragilidad con la que está construido todo, incluso tu memoria. Piensas que disfrutas el juego de dejar testimonios pero en el fondo sabes que son inútiles. Piensas en palabras como aprender o conocer. Piensas en la palabra misterio. Piensas en una canción que no te abandonó toda esta mañana. En la visita que hiciste a la escuela, en las personas que son determinantes en estos momentos en tu vida y que siguen la suya en otro lugar del mundo porque hay cosas más urgentes para ellas que lo que pueden arreglar de tus asuntos escolares.
No tienes consuelo alguno y no lo quieres. Lo que deseas es que acabe la opresión en el pecho. Pero ya estás pensando en una tristeza adelantada, como si de repente mirases que la vida seguirá y dentro de diez años recordarás esto como una "lección" o mejor aun, lo verás con indiferencia...
Las cosas duran...duran a través de un tiempo que es el tiempo del mundo y por eso mismo acaban. Pero también permanecen en el propio tiempo, un tiempo que es consciencia o espíritu o conexiones neuronales, pero es otra cosa, otra cosa que no pueden ver los otros pero que estás deseosa de que vean. Y por eso escribes o tomas fotos. Y por eso no es tragedia que todo eso se haya perdido. Sólo es una pequeña tristeza. Una tristeza tibia que te cae a chorros. Porque no es una tragedia para nadie. Tampoco completamente para tí (a fin de cuentas te desahogarás, apagarás la compu, irás a casa, comprarás algo para cenar, dormirás y el día empezará otra vez mañana).
Corriste a llorar al baño y dijiste que tu no eres tan fuerte. Haz dicho eso muchas veces y lo cierto es que no has muerto de amor o de decepción o de envenenamiento por la reacción química de tus iracundas emociones. Lo cierto es que la vida te recuerda a diario que hay cosas hermosísimas y también a diario te recuerda la cara nefasta que lleva la moneda....y estiras, estiras siempre el sentido pero ya estás curtida para saber que tu misma te convences de las cosas y que la gran pregunta de fondo es si sirve convencerse de algo nuevo.
Piensas en la fragilidad con la que está construido todo, incluso tu memoria. Piensas que disfrutas el juego de dejar testimonios pero en el fondo sabes que son inútiles. Piensas en palabras como aprender o conocer. Piensas en la palabra misterio. Piensas en una canción que no te abandonó toda esta mañana. En la visita que hiciste a la escuela, en las personas que son determinantes en estos momentos en tu vida y que siguen la suya en otro lugar del mundo porque hay cosas más urgentes para ellas que lo que pueden arreglar de tus asuntos escolares.
No tienes consuelo alguno y no lo quieres. Lo que deseas es que acabe la opresión en el pecho. Pero ya estás pensando en una tristeza adelantada, como si de repente mirases que la vida seguirá y dentro de diez años recordarás esto como una "lección" o mejor aun, lo verás con indiferencia...
5 andantes dijeron:
me dejaste muda, porque es tan cierto! y porque es precisamente por lo que ando pasando ahora!...
Me cae que hay dolores pendejos!...
que se hacen pasar por experiencias, o mas bien experiencias q se hacen pasar por dolores...
un saludo!
o peor aun, lo verás con indiferencia
Es grato leerte nuevamente con ese sello que le pones cuando te inspiras...y al mismo tiempo esepro que eso pase pronto.
Un enorme abrazo
Pero aquí andamos, después de que no nos sentimos tan fuertes y pensamos que se nos iba la vida y los sueños, aquí andamos.
Es perfecto el concepto que lograste articular, una tristeza tibia. Es como esa felicidad que no brincas, no tienes ganas de gritar y saltar, simplemente te sientes una con todo y estás en paz. La tristeza tibia casi raya en la melancolía pero no añoras porque ya aceptas, casi raya en la pesadumbre pero no todo lo ves sin sentido, tal vez sin un poco de color. En mi caso la tristeza tibia no llega a opresión en el pecho.
Coincido con Débora: "O PEOR aún, lo verás con indiferencia", porque significa que algo de inocencia se perdió en ti. La condición del intercambio ganas algo, experiencia, madurez, entendimiento pero pierdes inocencia.
Saludos.
Y hay experiencias que se hacen pasar por dolores...sí Apple, de acuerdo!!! Muchos saludos!
Deb: =(
Laura: ¿cómo tas? bueno...creo que pasan los días y la pérdida, si bien no se hace más pequeña, se puede resignifica de otras maneras...
Mujer Maravilla a la Mexicana: Bienvenida a este blog!!! Tienes razón, en ese intercambio, ganas algo pero pierdes algo. Perder la inocencia por ganar experiencia nunca se me ha hecho el mejor de los trueques, pero no quiero renunciar a las experiencias. Tampoco a la memoria, pero esa ya es harina de otro costal. Una tristeza tibia... sí, sigue siendo una tristeza tibia.
Un abrazo, gracias por tus palabras =)
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