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Las personas creativas poco necesitan para inventar. Pueden deslumbrarse ante el menor signo de gracia y erigirlo en algo majestuoso. Las personas creativas colman los vacíos, elevan las cosas y los seres a la altura de su mirada. La única tragedia es que no se dan cuenta de lo que hacen.
Ellos, lúcidos antaño, contemplan al otro sin saber que lo han retocado, realzado, transifugrado. Entonces lo aman con pasión, y sienten, de un modo que no son capaces de explicar, que sólo pueden contemplarlo cuando están fuera de sí.
Pero un amargo día el elegido pierde todo su atractivo y se muestra tal cual es: como una conmovedora caña, abrazada a sus raíces, que se doblega por su propio peso, una caña entre las cañas, endeble vástago que se deja abatir y eleva su ápice desorientado hacia el cielo, a merced del azar, cautivo de la volubilidad del viento.
Reza, Yasmina, Hammerklavier (fragmento), Anagrama, Barcelona, 1997.
2 andantes dijeron:
qué chingona foto
¡Si! es de Eric Staller. Un abrazo =)
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