Reflejo

In her sepulchre there by the sea—
In her tomb by the side of the sea.

Edgar Allan Poe

La niña estaba perdida. No le importaba tanto eso, sino la extrañeza de encontrarse fría ante un lago que ella se empeñaba en ver azul rey, pero que en realidad era verdoso y ahora se veía negro por el reflejo de la noche espesa.

La niña estaba cansada. De repente le dieron muchas ganas de zambullirse para no sentir su cuerpo tieso y endeble. Pensó que si lo hacía en ese momento no habría testigos y, por lo tanto, el hecho no existiría. Nadie podría contarlo y confiaría en que los lirios se agarrarían a su cuerpo y no la dejarían salir. Le gustaba pensar que sería comida por los peces; eso, extrañamente, le daba una pequeña satisfacción.

La niña entonces cantaba: duerme, mi niña duerme, que la noche ha amanecío y está cubierta de nieve… e intentaba pararse en una orilla, para ver acaso su reflejo gracias a los rayos níveos de la luna que se asomaba en el agua.

La niña no vio nada. Empezó a llorar y por un momento pensó en regresar a casa, pero se había cerciorado de olvidar el camino vendándose los ojos. Varias veces estuvo a punto de caer pero confiaba demasiado en su suerte.

De pronto se oyen unos pasos fuertes entre la maleza. Vienen por ti, niña de cabellos rizados y rostro de Anabel Lee. Vienen por ti hombres que tiran de una carreta, hombres fuertes traídos de sueños de Rulfo y pueblos inexistentes de las serranías.

-¿Oyes eso?

-¿Qué?

-Es una niña que llora.

-¿Sí?

-¿La oyes? Si se oye clarito… allá, detrás de la maleza.

-Ah, sí… no le hagas mucho caso, a veces así llora.

-¿Cómo no?, a lo mejor está perdida, hay que llevarla a su casa.

-De por sí se aparece una que otra noche, sobre todo cuando hay luna llena. Dicen que quiere ver su reflejo en el agua, dicen. Dicen también que su papá un día le dio una golpiza que le desfiguró la cara. La niña se ahogó queriendo ver su reflejo. Eso dicen…

[Fotografía: Sally Mann]